Después, pasamos al tejado, al cual le revestimos de su típico color rojo teja poniendo una capa de mermelada de fresa...
Lo siguiente que hicimos fue poner la puerta de nuestra casita con un rico ladrillo de gominola...
Y para finalizar, lo único que nos faltaba era colocar las ventanas, que como podéis ver, eran unas apetitosas galletitas saladas...
¿Queréis ver cómo nos quedarón?
Y tenían tan buena pinta que no pudimos resistirnos y ¡nos las comimos!
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