Nos faltaba la tercera de las casitas, la de paja y ¡aquí está! Como en las anteriores, lo primero que tuvimos que hacer fue untar bien de cola en el papel, para lo utilizamos los rodillos que tanto nos gustan y que nos son tan útiles.
Después, tuvimos que esforzarnos mucho por que la paja se nos escapaba de las manos y no podíamos coger mucha, pero como véis, lo hicimos estupendamente.
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